domingo, 30 de mayo de 2010

Opinión: Falsas propuestas


Se acercan las elecciones, se acercan las promesas del gobierno porteño. El Ministerio de Desarrollo Urbano ya anunció que, a fines de este año, se inauguraría la estación Corrientes de la línea H del subte -sólo una de las siete estaciones que se pensaba tener terminadas-. También se informó que, para 2011, se inaugurarían las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas (línea B), y Flores y San Pedrito (línea A). Sin embargo, es evidente que, más allá de las razones electorales, al macrismo no le interesa llegar a los diez kilómetros de recorrido por año que había prometido en 2007, en plena asunción.
"Está previsto para este año una inversión récord", sostuvo hace poco Daniel Chaín, ministro de Desarrollo Urbano porteño. También un informe oficial asegura que el gobierno actual aumentó el monto de inversión en obras con respecto a administraciones anteriores.
Sin embargo, en una nota para La Nación, el legislador de Igualdad Social e integrante de la comisión Obras y Servicios Públicos de la Legislatura porteña, Martín Hourest, afirmó: "En el ejercicio de 2009, dispuso para obras 136 millones de pesos, 31 por ciento del presupuesto que tenía. Y no es, entonces, que el dinero les faltó, sino que no fue ejecutado, según los datos provistos por el propio Ministerio de Desarrollo Urbano". Además, estaciones cuya construcción estaba en marcha quedaron casi inmovilizadas entre abril de 2009 y enero pasado.
En cuanto a la línea H, la página del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aporta datos sobre sus distintos tramos. El B es el que comprende Caseros-Once y está en funcionamiento desde 2007. Pero la información sobre el A2 (Parque Patricios-Hospitales) ya quedó obsoleta: afirma que "la obra, de 1.21 Km., tiene prevista su inauguración para el primer semestre de 2009". Recién ahora se encuentra en su etapa final, aunque la ciudad prevé terminarlas recién para 2012.
Respecto al tema de los subtes, evidentemente, las promesas de Macri demostraron ser, como tantas otras, sólo parte de un discurso demagógico con aspiraciones electoralistas. Queda claro que tiene que estar próximo el advenimiento de las elecciones para que el macrismo demuestre que hace algo productivo. Y, siguiendo el razonamiento lógico, para que ocurriera eso durante toda su gestión, debería votarse para jefe de Gobierno cada seis meses.



Por Laura Spiner

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